Un cuarto de juegos pero también de lectura. Es tan importante jugar como leer y para ello deberemos crear el ambiente necesario para que ambas actividades se complementen e interesen. Decorar el paramento de una habitación de recreo lo tenemos sumamente fácil si recurrimos a un vinilo que simule una casita de muñecas. Cómodos butacones o pufs, estanterías para los cuentos y peluches, un foco de luz apropiado, mejor si es natural. En definitiva, un espacio reservado y atractivo para los “enanos” de la casa. Mientras los mayores descansan, ellos, los niños disfrutan sintiéndose dueños del particular y mágico entorno en el que son los protagonistas del cuento.
Desde los más pequeños hasta los hermanos mayores y amiguitos que los visiten, se divertirán durante unas inolvidables horas de asueto. Porque allí tienen cabida los piratas, hadas, brujas, príncipes y hasta dragones… La imaginación no tiene límites y menos aún la de los jóvenes. No nos sorprendamos si llega la hora del baño, antes de la cena, y al llamar a la puerta de sus dominios encantados, contestan que esperemos un rato, seguramente, están tan embelesados leyendo o jugando que se olvidan de nosotros, es decir, de los mayores que sólo saben interrumpir cuando mejor se lo pasan.
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