“Érase una vez…”, se trata de la expresión más conocida cuando se inicia una cuento más concretamente cuentos tradicionales de hadas y hace alusión a un pasado lejanos sin ubicación temporal concreta. Nos sitúa en un mundo mágico y etéreo. En un país lejano que no podemos señalar en un mapa y en reinos de ensueño donde malos y buenos están perfectamente diferenciados y viven al compás de músicas y leyendas.
Los cuentos infantiles favorecen la imaginación y les permite situarse en el mundo creándoles situaciones en las que tendrán que aprender a resolver y solucionar sus problemas. Las moralejas son una enseñanza fundamental de valores universales. Además su habitación es su pequeño reino en el que deberán manejar muchas veces su propia frustración, enfados y rabietas. Serán en ella los protagonistas de su propio cuento viviendo en el entorno inmediato.
La otra característica de los cuentos, que esta decoración contribuirá a incentivar, es la de transmisión de tradiciones culturales, del hábito de leer, de experiencias,…
Los beneficios son muchos y nada desdeñables. Invítales a “entrar” en la vida real con el Érase una vez… y recuérdales que frente a los problemas «Colorín colorado, el cuento se ha acabado»
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