Muchos niños cuando son preguntados que quieren ser de mayor dicen “astronautas”. Y ojala así fuese porque la formación que debe tener un astronauta quiere decir que nuestro pequeño se volcará en sus estudios, algo que le gustaría a todos los padres.
Es la clásica pregunta que se les hace a los niños. Alguno contestará futbolista, bombero, policía o incluso político. Pero otros dirán que quieren ser astronauta, conductor de cohetes espaciales. Aviones, helicópteros, camiones, ambulancias o coches se han quedado pequeños a esta generación ahora lo que les atrae por su afán de aventura y el misterio que supone es manejar verdaderas naves espaciales.
No todos los conductores están capacitados para desplazarse por una ciudad, si se trata de un coche, camión o ambulancia, para sortear el tráfico ordinario y llegar a tiempo con el órgano que se tiene que trasplantar de inmediato o el fuego que ha de apagarse cuanto antes. Son personas con una aptitud resolutiva, de firmeza y control de los nervios que juegan malas pasadas. Tienen un objetivo y lo cumplen. Ya no digamos nuestro particular conductor de cohetes, colócales este vinilo de cohetes y otros artefactos similares con cierto aire infantil para que pueda vivir en su habitación su propia aventura espacial.
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