Vivir en las nubes es sinónimo de ser despistado o soñador y no tener la cabeza en la realidad que nos toca vivir. No ser prácticos ni funcionales. No tomar decisiones meditadamente. No pensar las cosas desde un punto de vista práctico, económico,…pero todo tiene una edad ¿verdad?
Hay momentos en nuestra vida que ser así es inevitable. La infancia es uno de ellos y ¡Cuánto la añoramos!
Es una de esas épocas que recordamos con nostalgia precisamente por vivir el presente, no tener preocupaciones materiales,…todo es reír, jugar y “vivir en las nubes”
Decora la habitación de tus hijos con nubes. Créales su propio cielo en la tierra, unas nubes de algodón, tal vez de algodón de azúcar.
Te propongo que, una vez pintada la habitación de blanco recurras a mobiliario del mismo tono o tonos azules. Ahora inunda la habitación de nubes. Llena las paredes, las puertas, el techo. El efecto que crearás cuando cierres la puerta (también pintada de blanco) será de un espacio abierto y muy grande. Amplio y limpio lleno de nueves preparadas para acoger los sueños y fantasías de los más pequeños.
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