Una pequeña y regordeta estatua de la libertad sobre una pared rosa es, sencillamente, un dibujo divertido. Jamás la hubiésemos imaginado así, si no fuera por este ocurrente vinilo. Y aunque la imagen pueda parecer pueril no deja de simbolizar algo tan grande como es la Libertad. Las niñas de hoy en día tienen la oportunidad de elegir su vestimenta, sus juegos y sus sueños. Pero lo más importante, diría Virginia Woolf, es que dispongan de “Una habitación propia”. Un lugar que las permita desarrollar sus primeras inquietudes y convertirse, el día de mañana, en mujeres cultas, emancipadas y profesionales.

Inventando un bonito cuento  para antes de dormir

Ofrezcamos a nuestras hijas la posibilidad de ser lo que ellas quieran y ya, desde pequeñitas, dejarles claro que no existen trabas, ni objeciones para conseguir las metas que se propongan. Convirtamos su recinto en una pequeña isla de Manhattan en donde “La libertad iluminando el mundo” sea su referente. Empecemos inventando un bonito cuento, para antes de dormir: “Erase una vez, una estatua pequeña que estaba muy triste porque nadie la visitaba. “Claro como soy de piedra no tengo amiguitos”, se decía. Pero resultó que empezó a crecer y crecer y la tuvieron que llevar a un lugar donde acudían de todas las partes del mundo para verla. Y un día se dio cuenta de que tenía muchísimos amigos y, ahora, a soñar…”. 


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